Jorge Franco novela el conflicto de la emigración

El Mundo. España

EMMA RODRIGUEZ

MADRID.- Un peso que Jorge Franco venía cargando desde niño, «la dificultad de ser colombiano, de cargar con una especie de culpa colectiva», está en el origen de Paraíso travel (Mondadori), una novela muy esperada tras el éxito de Rosario tijeras, Premio Dashiell Hammett de la Semana Negra de Gijón (2000).

Si la violencia, el narcotráfico y los sicarios fueron los temas de ese título, que lo convirtió en uno de los autores latinoamericanos de última hornada con mayor proyección, ahora Franco cuenta una historia que no puede estar de mayor actualidad, la de una joven pareja colombiana que emigra a Nueva York, pasando del sueño a la pesadilla en un abrir y cerrar de ojos.

«Quería hablar de la dificultad de ser colombiano fuera y también dentro; quería mostrar cómo conviven dos culturas: la estadounidense, fuerte y apabullante, frente a la latinoamericana, débil y humillada; quería situar todo eso en la atmósfera laberíntica de Nueva York», comenta el escritor.

La historia de Paraíso Travel es dura, pero Jorge Franco la suaviza a través de la mirada enamorada de su protagonista, capaz de transformarlo todo, y de esas dosis de humor que salpican el extravío de los personajes en una ciudad desconocida a la que llegan sin papeles y sin hablar su lengua, una aventura que se repite cada día.

«El amor me sirve para poetizar la realidad, mientras que el humor es algo inherente a nuestra cultura, una respuesta, un tubo de escape ante el absurdo, ante las encrucijadas del día a día», señala Franco.

El autor cree que la literatura puede ayudar a acercarse al drama humano que se esconde detrás de conflictos como el de la emigración.«El emigrante tiene que pagar un precio muy alto por alcanzar su destino y sobrevivir allí. Siente una constante nostalgia por el regreso y la mayoría de las veces no se permite volver derrotado», dice el autor, quien permaneció dos meses en Nueva York, en contacto con las distintas colonias de inmigrantes, antes de escribir la novela, llenándose de sensaciones y emociones.

«Después del 11-S, las medidas de control son cada vez más severas.Cualquier persona que hable otro idioma, ya es sospechosa, más cuando llega del Tercer Mundo. A la larga todo esto acabará quebrantando los derechos fundamentales de la persona», critica el escritor, refiriéndose también al duro golpe que para los colombianos ha supuesto la exigencia de visado para poder entrar en España.

Franco constata el buen momento que atraviesa la literatura colombiana, «para nada comprometida con la realidad del país, desencantada ante la ausencia de ideologías, de líderes, de utopías». «Se escribe de todos los temas y a lo más que se llega, como en mi caso, es a la fotografía de lo que sucede, pero sin tomar partido», concluye.