EL TIEMPO, Jueves 8 de abril de 1999
Contraescape
Un libro para leer
Rosario Tijeras, de Jorge Franco Ramos, puede ser larevelación de esta Feria.
Por ENRIQUE SANTOS CALDERÓN
Arrancó la Feria del Libro de Bogotá: un evento que cada año crece en importancia y que confirma, con sus progresivas consolidación y proyección, la fuerza de la cultura -la literaria, en este caso- como valor positivo en medio de la crisis general. Este año, el tema central de la Feria es el libro y la ciudad. Hablemos, pues, de literatura y de un libro que acabo de leer sobre el tema de la ciudad, y me llegó muy hondo. Se trata de Rosario Tijeras (Ed. Plaza & Janes), obra que obtuvo la Beca Nacional de Novela del Ministerio de la Cultura y cuyo autor es el joven escritor antioqueño Jorge Franco Ramos, quien ya ha ganado otros certámenes literarios. El libro narra la relación de una bella y perversa pandillera de las Comunas con dos muchachos de la alta burguesía de Medellín en los años duros de Pablo Escobar y el narcoterrorismo. Se trata de una novela violenta y tierna a la vez. De una historia de amor en medio de la rumba loca, el frenesí suicida y el choque de valores, clases y culturas que produjo el auge del narcotráfico en la sociedad antioqueña.
Un tema fascinante, que se prestaba para el morbo o el sensacionalismo, pero que Jorge Franco trata con una limpieza literaria impresionante. Es un libro duro, pero natural y fresco. Escrito en un ritmo ascendente, que no decae un minuto y que gira en torno de los recuerdos que asaltan a uno de los enamorados de Rosario mientras ella agoniza en el hospital.
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Pocas veces he leído en autores colombianos diálogos tan ágiles, directos y auténticos. Atribuibles sin duda a la formación cinematográfica de Franco, quien ha sido libretista e hizo estudios de cine en Londres. En lugar de servir de pretexto para divagaciones o preciosismos literarios, los diálogos de Rosario Tijeras -de una nitidez a lo Faulkner o Hemingway- son para contar la historia. Para volverla inmediata y verosímil. Para hablar como se habla; sin folclorismos ni costumbrismos artificiosos; en el lenguaje de una juventud que solo vive el aquí y ahora. A través de la tortuosa relación triangular entre Rosario, Emilio y el “parcerito” va apareciendo ese mundo de sicariato, droga y rumba donde se encuentran dos ciudades: la Medellín marginal y la que se muestra. Es en los bares y discotecas de moda donde los muchachos de las Comunas, ya con plata y con fierros (y con “mujeres tan bonitas como las de ustedes, pero más arrechas”) se mezclan con la juventud “bien” de Medellín. Una perversa fusión de clases y valores sociales que
dio lugar a toda suerte de cocteles delictivos, alimentados por el ansia común del dinero y la ostentación, tan propio de la cultura del narcotráfico. Ese mundo y esas vivencias, esa realidad tan apabullante y desgarradora, son tratados por Franco con un rigor literario sobrio y poético.
No cayó, por fortuna, en la carreta sociológica, ni la denuncia social. Por el contrario, el tema lo maneja desde el amor -hilo conductor de la dramática historia- y, más precisamente, desde el ángulo de la mujer. Temas centrales -el amor y la mujer- en los libros anteriores de este escritor paisa, cuya primera novela, “Mala noche” (1997), está en primera persona femenina. Según me contó Franco, Rosario Tijeras resume a muchas mujeres de sus cuentos. De esas mujeres violentadas y agredidas desde niñas, que van en
contravía; contra la vida. En este caso, la de la mujer sicaria, que el escritor ha investigado a través de tesis, estudios y testimonios que existen en Medellín sobre este impresionante fenómeno social. Otras realidades, como la del satanismo y la religiosidad en el sicariato; el desprecio por la vida; la imagen de “los duros de los duros”; los códigos y comportamientos que introdujo el narcotráfico en la sociedad antioqueña, van surgiendo de manera natural y espontánea, en una prosa directa y depurada, a medida que se desarrolla esta corta pero intensa novela de 196 páginas.
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Impactante y cruda radiografía de una juventud, una ciudad y una sociedad, el libro de Franco es un valioso aporte a la comprensión, a través de la literatura, de una verdad terrible. Hace tiempos me estoy preguntando cuándo se va a escribir la gran novela sobre el narcotráfico en Colombia. Aquella que logre sintetizar y contar todo lo que ha significado para este país. Un fenómeno que partió en dos la historia nacional; que generó tal trastocamiento de valores; que produjo personajes como Pablo Escobar; que convirtió a Colombia en injusto símbolo internacional de la infamia, es un tema gigantesco y desafiante. Poco a poco comienza a ser abordado por la literatura nacional. Cada vez con menos superficialidad y tremendismo, y con mayor talento, profundidad y perspectiva. Fernando Vallejo con La Virgen de los sicarios; García Márquez con Noticia de un secuestro, lo han tratado desde perspectivas diferentes. Rosario Tijeras de Jorge Franco Ramos es un enorme paso adelante en la recreación literaria de esta lacerante realidad social.